¿Así es como se ve la miel de 2.500 años de antigüedad de un santuario griego en Paestum?

Hace décadas, un grupo de arqueólogos encontró una sustancia pegajosa en una vasija de cobre en un antiguo santuario griego. Hasta hace poco, la identidad de los residuos seguía siendo un misterio: ¿se trataba de una mezcla de grasas, aceites y cera de abeja, o de otra cosa? Investigadores que publican artículos en la revista Journal of the American Chemical Society han vuelto a analizar muestras de los residuos utilizando técnicas analíticas modernas y han determinado que probablemente sean restos de miel antigua, una conclusión que los análisis anteriores rechazaban.

This bronze jar on display at the Ashmolean Museum contained a mysterious substance (shown in the foreground) that is very likely ancient honey. Adapted from the Journal of the American Chemical Society 2025, CC BY, DOI: 10.1021/jacs.5c04888Esta vasija de bronce expuesta en el Museo Ashmolean contenía una sustancia misteriosa (que se muestra en primer plano) que muy probablemente sea miel antigua
Esta vasija de bronce expuesta en el Museo Ashmolean contenía una sustancia misteriosa (que se muestra en primer plano) que muy probablemente sea miel antigua. Adaptado de Journal of the American Chemical Society 2025, CC BY, DOI: 10.1021/jacs.5c04888

La miel era una sustancia importante en el mundo antiguo; a veces se dejaba en santuarios como ofrenda a los dioses o se enterraba junto a los muertos. En 1954, se descubrió uno de estos santuarios subterráneos griegos, que databa aproximadamente del año 520 a. C., en Paestum, Italia, a aproximadamente una hora y media en automóvil de Pompeya. En su interior había varias vasijas de bronce que contenían un residuo pegajoso. En aquel momento, los arqueólogos dieron por sentado que se trataba de miel, que originalmente se ofrecía en forma de panales. Luego, tres equipos diferentes analizaron los residuos en el transcurso de 30 años, pero no pudieron confirmar la presencia de miel, sino que concluyeron que las vasijas contenían algún tipo de grasa animal o vegetal contaminada con polen y partes de insectos. Pero cuando los restos llegaron al Museo Ashmolean para una exhibición, un equipo de investigadores dirigido por Luciana da Costa Carvalho y James McCullagh tuvo la oportunidad de volver a examinar la misteriosa sustancia y recopilar nuevas pruebas científicas.

This is likely what 2,500-year-old honey looks like, according to new tests using modern techniques. Photo Credits: Luciana da Costa Carvalho Según nuevas pruebas realizadas con técnicas modernas, así es probablemente como se ve la miel de 2500 años de antigüedad.
Según nuevas pruebas realizadas con técnicas modernas, así es probablemente como se ve la miel de 2500 años de antigüedad, de un santuario griego en Paestum. Foto: Luciana da Costa Carvalho

Los investigadores analizaron muestras del residuo utilizando varias técnicas analíticas modernas con el fin de determinar su composición molecular. Estos fueron sus hallazgos:

  • El residuo antiguo tenía una huella química casi idéntica a la de la cera de abeja y la miel modernas, con un nivel de acidez más alto que se correspondía con los cambios que se producen tras un almacenamiento prolongado.
  • La composición química del residuo era más compleja que la de la cera de abeja degradada por el calor, lo que sugiere la presencia de miel u otras sustancias.
  • En las zonas donde el residuo había entrado en contacto con la vasija de bronce, se encontró azúcar degradado mezclado con cobre.
  • Se detectaron azúcares hexosa, un grupo de azúcares comunes que se encuentran en la miel, en concentraciones más altas en los residuos antiguos que en la cera de abeja moderna.
  • También se identificaron en los residuos proteínas de jalea real (conocidas por ser secretadas por la abeja occidental).

Estos resultados sugieren que la sustancia antigua es lo que queda de la miel antigua. Sin embargo, los investigadores no pueden descartar la posibilidad de que otros productos derivados de las abejas también estén presentes.

“Los residuos antiguos no son solo restos de lo que la gente comía u ofrecía a los dioses, sino que son ecosistemas químicos complejos”, explica da Costa Carvalho. “Su estudio revela cómo esas sustancias cambiaron con el paso del tiempo, lo que abre la puerta a futuros trabajos sobre la actividad microbiana antigua y sus posibles aplicaciones”.

Los investigadores informan que este trabajo no cuenta con financiación externa.

Referencia bibliográfica:

Luciana da Costa Carvalho, Elisabete Pires, Kelly Domoney, Gabriel Zuchtriegel, and James S. O. McCullagh, A Symbol of Immortality: Evidence of Honey in Bronze Jars Found in a Paestum Shrine Dating to 530–510 BCE, Journal of the American Chemical Society Article July 30, 2025, DOI: 10.1021/jacs.5c04888

 

Nota de prensa de la American Chemical Society.

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