Cambios climáticos y medioambientales influyeron en el origen del género ‘Homo’
El Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), ha participado en un estudio liderado por Zeresenay Alemseged, de la Universidad de Chicago, que se acaba de publicar en la revista Nature Communications, en el que se establece que el resultado de los análisis geológicos y paleontológicos de Mille-Logya, un nuevo yacimiento situado en la emblemática región de Afar (Etiopía), refuerza la relación entre el origen del género Homo y los cambios climáticos y medioambientales que tuvieron lugar en África hace entre 2,5 y 3 millones de años.
En este nuevo yacimiento se han hallado cuatro restos de hominínos (dos fragmentos cubitales, uno craneal y un segundo molar superior) junto con una gran muestra de restos de fauna, que incluyen hipopótamos, bóvidos, jirafas, cocodrilos, hienas y caballos procedentes de tres áreas diferentes, Gafura, Seraitu y Uraitele, con una antigüedad de entre 2,4 y 2,9 millones de años.
“Mille-Logya representa una oportunidad única para estudiar fósiles con un rango de edad rara vez presente en la región de Afar”, afirma el geocronólogo del CENIEH Mark Sier, quien ha llevado a cabo la datación de este yacimiento mediante paleomagnetismo.
La comparación de la fauna de estas tres zonas de Mille-Logya, así como de la encontrada en las localidades cercanas de Hadar y Dikika, donde se halló la especie de Australopithecus afarensis, indica un cambio ambiental y de fauna en esta región de África durante este periodo. “Las reconstrucciones paleoambientales y faunísticas apuntan a que los primeros miembros de la familia Homo estaban asociados a entornos más abiertos que el de la especie de Lucy”, señala Sier.
Los cambios faunísticos producidos en Mille-Logya pueden estar vinculados a factores medioambientales y climáticos que podrían haber provocado la aparición del género Homo a partir del Australopithecus, o la migración de aquel como parte de una fauna adaptada a hábitats más abiertos.